Qué curioso ver cómo lo que amas te puede alejar del amor.
Del amor a un lugar, a un olor, a un sabor;
Pero, sobre todo, del amor a la gente.
Una sonrisa de tu padre, un abrazo de tu madre, una comida con tu abuela, un beso de tu tía, una conversación con tu prima, un cante con tus primos, una mirada cómplice con tu hermano, un chiste de tus tíos, el crecer de tu sobrina, y un infinito etcétera.